domingo, 21 de octubre de 2012
viernes, 12 de octubre de 2012
Breve reseña de un fadista grande: Camané.
Carlos Manuel Moutinho Paiva dos Santos Duarte, conocido artísticamente como Camané (Oeiras, 22 de diciembre de 1967), es un cantante portugués de fados.
En 1979 ganó la Grande Noite do Fado, lo que le posibilitó la grabación de un álbum producido por António Chainho. Tras una interrupción de 5 años regresó al mundo del fado, actuando en diversas casas de fado y participando en producciones de Filipe La Feria - "Grande Noite"; "Maldita Cocaína"; "Cabaret" - donde se descubre su valía como fadista.
A partir de 2004 participó en el grupo "Humanos" junto a Manuela Azevedo y David Fonseca, así como de los músicos Nuno Rafael, João Cardoso y Hélder Gonçalves, con los que grabó dos discos (Humanos y Humanos ao Vivo) y un DVD de los conciertos en los teatros de Lisboa y Oporto en junio de 2005, en los que Camané demuestra su versatilidad como intérprete.
En mayo de 2007, presenta el espectáculo Otras canciones II en el teatro São Luiz de Lisboa, el fadista lisboeta se transforma en crooner, chansonier, canzonetista, cantante de boleros (Vete de mí) y de bossa nova. Canta en inglés, francés, italiano, español y en portugués.
jueves, 11 de octubre de 2012
El viaje. (Previos)
Todo en mi mano: vuelos ( Air Europa ) Alsa León/ T2 , reserva de hotel ( el Fenix de Pombal ) confirmada. Esto ya esta hecho, así que estos días mucho fado para ir ambientando:
miércoles, 10 de octubre de 2012
Lisboa.
Amália.
Que es el fado?
El fado es la expresión más conocida internacionalmente de la música portuguesa. En el fado se expresan los malos momentos de la vida a través del canto. Generalmente es cantado por una sola persona, acompañado por la «viola» (guitarra española) y la guitarra portuguesa. Los temas más cantados en el fado son la melancolía, la nostalgia o pequeñas historias del diario vivir de los barrios humildes, pero especialmente el fatalismo y la frustración.
Dicen unos que esta música nostálgica y profunda, estas canciones desgarradas, nacieron hace siete siglos, cuando los árabes vivían en la colina del castillo de San Jorge de Lisboa. Argumentan que el fado tiene parecido con la música popular del norte de África en sus prolongados quejidos y en el tratamiento de lo cotidiano. Otros piensan que el fado es más joven y se cantó, por primera vez, en alguna vieja taberna de Alfama, Graça o Mouraria, alguna noche triste del siglo XIX.
Documentalmente sólo se comprueba la existencia del fado a partir de 1838, aunque hay quien identifique su origen con los cantos de las gentes del mar, inspirados en la soledad, la nostalgia y los balanceos de los barcos sobre el agua. A pesar de los numerosos investigadores —Gonçalo Sampaio, Mascarenhas Barreto, Pinto de Carvalho o Rodney Gallop— el misterio de sus orígenes todavía no se ha desvelado.
Una de las mejores definiciones de fado la ofrece la propia Amália Rodrigues (1920-1999), considerada la Embajadora artística de Portugal: «el fado es una cosa muy misteriosa, hay que sentirlo y hay que nacer con el lado angustioso de las gentes, sentirse como alguien que no tiene ni ambiciones, ni deseos, una persona..., como si no existiera. Esa persona soy yo y por eso he nacido para cantar el fado». Amália puso emoción y voz de fado a grandes poetas portugueses O`Neill, Manuel Alegre, Homem de Melo y Camoens. En una de sus canciones más célebres «Todo esto es fado» canta:
Dicen unos que esta música nostálgica y profunda, estas canciones desgarradas, nacieron hace siete siglos, cuando los árabes vivían en la colina del castillo de San Jorge de Lisboa. Argumentan que el fado tiene parecido con la música popular del norte de África en sus prolongados quejidos y en el tratamiento de lo cotidiano. Otros piensan que el fado es más joven y se cantó, por primera vez, en alguna vieja taberna de Alfama, Graça o Mouraria, alguna noche triste del siglo XIX.
Documentalmente sólo se comprueba la existencia del fado a partir de 1838, aunque hay quien identifique su origen con los cantos de las gentes del mar, inspirados en la soledad, la nostalgia y los balanceos de los barcos sobre el agua. A pesar de los numerosos investigadores —Gonçalo Sampaio, Mascarenhas Barreto, Pinto de Carvalho o Rodney Gallop— el misterio de sus orígenes todavía no se ha desvelado.
Una de las mejores definiciones de fado la ofrece la propia Amália Rodrigues (1920-1999), considerada la Embajadora artística de Portugal: «el fado es una cosa muy misteriosa, hay que sentirlo y hay que nacer con el lado angustioso de las gentes, sentirse como alguien que no tiene ni ambiciones, ni deseos, una persona..., como si no existiera. Esa persona soy yo y por eso he nacido para cantar el fado». Amália puso emoción y voz de fado a grandes poetas portugueses O`Neill, Manuel Alegre, Homem de Melo y Camoens. En una de sus canciones más célebres «Todo esto es fado» canta:
Amor, celos, ceniza y fuego, dolor y pecado.De : http://es.wikipedia.org/wiki/Fado
Todo esto existe; todo esto es triste; todo esto es fado.
Pessoa bajando por el Chiado, delante de la librería Bertrand, en 1928.
“Amo estas plazuelas solitarias, intercaladas entre calles de poco tránsito, y sin más tránsito, ellas mismas, que las calles. Son claros inútiles, cosas que esperan, entre tumultos distantes. Son de aldea en la ciudad. Paso por ellas, subo a cualquiera de las calles que confluyen en ellas, después bajo de nuevo esa calle, para regresar a ellas. Vista desde el otro lado es diferente, pero la misma paz deja dorarse de añoranza súbita -sol en el ocaso- el lado que no había visto a la ida [...]“ De: O Livro do Dessasossego.
Itinerario breve por la Lisboa de Pessoa
“En la niebla leve de la mañana de media-primavera, la Baixa despierta entorpecida y el sol nace como con lentitud. Hay una alegría sosegada en el aire medio frío, y la vida, al soplo de la brisa que no hay, tirita vagamente por el frío que ya ha pasado, por el recuerdo del frío más que por el frío, por la comparación con el verano próximo, más que por el tiempo que está haciendo. No han abierto todavía las tiendas, salvo las lecherías y los cafés, pero el reposo no es de torpor, como el del domingo; es tan sólo de reposo. Un rastro rubio se antecede en el aire que se revela, y el azul se colorea pálidamente a través de la bruma que se extingue. El movimiento comienza poco a poco por las calles, destaca la separación de los peatones, y en las pocas ventanas abiertas, madrugan también apariciones. Los tranvías trazan a medio-aire su surco móvil amarillo y numerado. Y, de minuto en minuto, lentamente, las calles se van llenando [...]” De: O Livro do Dessasossego).
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